miércoles, 30 de mayo de 2012

El impacto de las baterías


Aunque los vehículos híbridos y eléctricos tienen diseño eficiente, es muy significativa
la contaminación causada durante la producción, uso y desecho de sus baterías. Las
nuevas generaciones de vehículos híbridos utilizan baterías recargables de níquel-
hidruro metálico (NiMH), cuya vida útil es similar a la del coche, 150 mil millas.
Las baterías NiMH son recargables, por lo cual contaminan menos que las desechables,
pero contienen níquel, que en grandes cantidades es peligroso. Las minas de níquel
liberan dióxido de azufre a la atmósfera, contribuyendo a la lluvia ácida. La fabricación
y transporte de baterías genera residuos peligrosos y emisiones atmosféricas, que son
aparentemente invisibles por estar alejadas de las zonas urbanas. Este hecho
contrarresta las emisiones bajas o nulas de gases que produce el uso de autos híbridos
y eléctricos.
El reciclaje de baterías recargables es actualmente bajo, pero se estima que del total
de baterías NiMH desechadas se podría reciclar hasta un 95% en los próximos años,
debido a la oportunidad de negocio que representa la constante demanda de níquel.
El daño ambiental neto que causan las baterías NiMH con respecto a las desechables
es menor en tan solo 20%, ya que el mayor impacto ambiental en el ciclo de vida de
una batería, sin importar su tipo, se da durante la producción. Como resultado final, el
uso de baterías NiMH en vez de baterías desechables representa un beneficio neto de
18% a la salud humana, 13% a la calidad de los ecosistemas y 4% a los recursos
naturales

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